Fusiones y adquisiciones: análisis independiente

A pesar de estar afrontando actualmente una crisis económica mundial, el contexto global aún nos proporciona no sólo la posibilidad de exportar nuestros productos, sino que también permite que los actores más importantes orienten sus inversiones hacia nuestro país, a través de las fusiones y adquisición de sociedades que vienen desarrollándose de manera eficiente en nuestro mercado.

En los últimos años, hemos presenciando un proceso económico en el cual numerosas sociedades han sido adquiridas por inversionistas locales y extranjeros a través de procesos de fusiones y adquisiciones de empresas -más conocidos por su acrónimo «F&A»- permitiendo su ingreso a través de sociedades que ya contaban con sus propios clientes, prestigio y un mercado ganado.

Si bien la crisis económica mundial ha desacelerado la tendencia de crecimiento, se puede afirmar que el mercado de F&A en el país seguirá desarrollándose.

Los inversionistas, con el afán de incrementar sus negocios, buscan acceder a nuevos mercados, unir sinergias, eliminar ineficiencias, aprovechar escudos fiscales, entre otros aspectos, lo cual muchas veces se realiza a través de procesos de F&A. Si bien, desde el punto de vista jurídico, las fusiones y las adquisiciones son actos claramente diferenciados, esta diferenciación no se da desde el punto de vista económico, ya que el objetivo principal del inversionista es «integrar» a su negocio una sociedad específica, independientemente de la forma utilizada.

Pero ¿cómo debemos entender un proceso de  analisis de fusiones y adquisiciones?

Debemos entenderlo como una estrategia de integración de negocios que busca una ventaja competitiva en el mercado y, por ende, la creación de valor.

Es así que los procesos de F&A se pueden dar de muchas formas y van más allá de los aspectos jurídicos, siendo los factores económicos, contables financieros y fiscales, los aspectos más relevantes para los inversionistas y que, en algunos casos, no se consideran en su real dimensión.

Los procesos de fusiones y adquisiciones se producen por diversas razones, pero existe un factor común en ellos: la creación de valor, el mismo que se encuentra referido al proceso a través del cual los accionistas y administradores de una sociedad buscan incrementar el valor económico de la sociedad.

El proceso de creación de valor se verá reflejado en un F&A cuando la integración de las sociedades participantes resulte superior a la sumatoria del valor de las sociedades independientes, ya que se está aprovechando y maximizando las cualidades de cada uno de los elementos de dichas sociedades, en estos casos se dice que se ha producido un efecto sinérgico.

La compra de una empresa por parte de otra (adquisición) o la unión de dos empresas, dando lugar a otra de mayor tamaño (fusión) constituyen una de las maneras más recurrentes en la actualidad para ganar dimensión y competitividad. Generalmente, este tipo de operaciones empresariales están provocadas por la identificación de una amenaza o de una oportunidad en el mercado. Actualmente nos encontramos en el momento de mayor auge de este tipo de operaciones, tanto a nivel mundial como nacional. En el año 2006 se superó incluso el último récord, datado en el año 2000 y cimentado en la burbuja tecnológica. Esta vez, las presiones a la compraventa o fusión de empresas provienen de distintos factores. Por un lado, la bonanza de la economía y la evolución positiva de las bolsas (cuando la Bolsa sube, las empresas valen más y por tanto pueden incrementan su capacidad de endeudamiento para adquirir otras empresas), junto con los bajos tipos de interés (que facilitan a las empresas asumir un mayor nivel de endeudamiento para afrontar la compraventa de empresas, incrementando su capacidad de pago) han propiciado que la liquidez de las empresas sea muy elevada. Por otro lado, la apertura de mercados y la globalización han reforzado la competencia a la que se enfrentan las empresas, que han de competir con otras en costes, tamaño y capacidad tecnológica. Asimismo, el auge del capital riesgo ha multiplicado las posibilidades de inversión empresarial. En España, además de los factores ya mencionados, se da la situación peculiar de que debido a la gran proporción de empresas creadas tras la guerra civil (años 50 y 60), un gran número de empresarios se acercan a la edad de jubilación, motivo por el cual se ven obligados a vender su empresa. En el caso de que la empresa pertenezca ya a la segunda o tercera generación (la generación “de los primos”), la falta de interés o de acuerdo entre ellos puede provocar la disolución de la empresa. Además, la próxima puesta en marcha de un mercado alternativo bursátil para las PYME dotará a las empresas que participen de mayor liquidez. A esto se unen las nuevas condiciones fiscales operativas en España desde enero de 2018 , que impulsan una venta más rápida de las empresas.Este informe pretende dar una visión general sobre la situación actual de las fusiones